miércoles, 10 de octubre de 2012

Categorías de hoteles y estrellas.



    Cada cierto tiempo aparece la discusión eterna sobre las categorías de los hoteles. La clasificación por estrellas no convence ni al los hoteleros, ni a los clientes. Tampoco a los intermediarios les agrado demasiado, pero se adaptaron  e incluso se aprovecharon de esa clasificación para forzar precios y clasificaciones. El hotel vende servicio, sensaciones, en algunos casos lujo, en otros simplicidad y rapidez, etc...en definitiva, no son solo una serie de medidas y tamaños lo que puede diferenciar uno de otro.

    El cliente de hecho también piensa lo mismo, y por eso no se fía demasiado de las clasificaciones. Los hoteleros nos acostumbramos a jugar con las reglas que nos marcaron. Pero los más viajeros, usaban clasificaciones alternativas, unos se movían por recomendaciones de amigos, o por agentes de viajes, que expertos en su oficio les aconsejaban uno u otro hotel en función de lo que el cliente buscaba, o por guías de hoteles que realizaban su propia clasificación, o sencillamente por la cantidad y la calidad de los coches que nos encontrábamos aparcados a las puertas de los hoteles. Estos sistemas eran de hecho lentos y difíciles para el gran publico, pero... apareció internet y popularizo la información, y nos dejo ver en primer lugar las primeras webs de hoteles, que eran meros folletos, pero que nos mostraban imágenes de lo que nos  encontraríamos al llegar,... y nuestros ojos clasificaban. No tardamos en recibir la información y la clasificación más dura de la historia. Las.... ¡ opiniones!, en ellas ya no se podía esconder nada, ni los 15 minutos al aeropuerto, ni los 10 minutos al centro, pero tampoco que el aire acondicionado era deficiente, o algo más...aunque los buenos profesionales, y las buenas propiedades se beneficiaron de una buena propaganda gratuita.

   Y en eso estamos, no podemos esconder nada, y claro las categorías, como siempre, no sirven. A pesar de que las opiniones en casos puntuales no reflejan la realidad del hotel, como en todas las estadísticas  la media es verdad, y es la verdad indiscutible, ya que es la verdad que percibe el cliente, que es en definitiva quien paga la habitación, y al que se dirigen todos nuestros esfuerzos, ¿ verdad?.

   Personalmente, pienso que lo importante no es solo como se clasifican el día de apertura, que también, de hecho ya se modifico algún concepto como el de las bañeras y las duchas, ya que hoy en día puede ser más actual y más moderno una ducha, que una bañera. Si no que a los cinco años, ese hotel siga prestando los mismos servicios y la misma calidad que el primer día. 

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